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Partido Humanista. España

Discurso Inaugural del II Congreso Regional Europea

Budapest, 27 de Noviembre 2004
Giorgio Schultze
El 7 de enero 1989, en Florencia, en ocasión del primer congreso de la Internacional Humanista, un fino intérprete de la compleja realidad humana, un humanista contemporáneo, nuestro querido y siempre vivo Salvatore Puledda, en Plaza Santa Croce, nos regalaba el “Homenaje a Galileo”.

Recuerdo que empezaba así:

“Yo, Galileo Galilei, catedrático de matemáticas en la Universidad de Florencia, públicamente abjuro de mi doctrina que dice que el sol es el centro del universo y que no se mueve y que la tierra no es centro del universo y sí se mueve. Con corazón sincero y no fingida fe, abjuro, maldigo y detesto los errores y herejías antes mencionados y cualquier otro error, herejía o secta contraria a la Santa Iglesia”.

Galileo abjuró, bajo amenaza de torturas, el día 22 de junio de 1633, delante del Tribunal de la Santa Inquisición, para no sufrir la suerte de Giordano Bruno.

Giordano Bruno, el que había proclamado la infinitud del hombre y del universo, la existencia de innumerables mundos, fue conducido a la hoguera con un palo en la boca para que “no hablase nunca más” y fue quemado en Campo de Fiori en Roma, un día de invierno del 1600.

¿Y cuántas otras extraordinarias “mentes” tuvieron que “abjurar”, callarse la boca, migrar o pagar el precio de las amenazas, de las torturas, de la muerte por ser “mensajeros” de nuevas y diferentes verdades de las impuestas por el poder “establecido”?

Hoy, como entonces, como en muchos otros recodos del río de la historia humana, en los cuales la “realidad impuesta”, por los potentes, por los prepotentes, parece no reconocer la Razón y la Verdad, podemos elegir: o quedarnos en silencio, o abjurar, o...

O, como decía el Gran Maestro, el Gran Sabio: “insistir en el intento que vuela liviano sobre las frágiles alas de un pájaro” para pasar sobre los abismos de las guerras, de las condenas a muerte de naciones enteras, para construir nuevos puentes entre las culturas, para abrir nuevos senderos de esperanza en los corazones de los seres humanos.

Nosotros, Humanistas de este siglo, reunidos en esta Plaza de Budapest, en esta noche de noviembre del 2004, optamos por esta tercera posibilidad y reivindicamos las ¡“profundas raíces y las grandes aspiraciones humanistas” de Europa!

No estamos pidiendo solo un reconocimiento formal escrito sobre la “Carta Constitucional”.

Lo pedimos como reconocimiento de un proceso histórico que llega de muy lejos y seguirá mucho más adelante.

Lo reivindicamos en los actos, en las prioridades políticas y económicas, internas y externas a la Comunidad Europea.

Lo indicamos como comportamiento de los pueblos y de las personas en las acciones cotidianas del respeto recíproco de los derechos, del crecimiento, de la evolución de cada ser humano.

En apoyo a esta reivindicación llamamos como nuestros “Testigos Históricos”, a los “Humanistas” que en diferentes épocas abrieron las rutas a este gran río de la evolución humana, los “Padres” de esta Región de Paz, Solidaridad, de Ciencia, Conocimiento, Belleza, Pasión y Rebeldía:

Aristóteles, Sócrates, Platón, Homero, Cicerón, Séneca, Virgilio, Horacio lo antiguos “maestros” de Grecia y Roma que con profunda intuición filosófica y con formas poéticas abrieron la puertas de un “saber” universal.

Galileo Galilei, Leonardo da Vinci, Copérnico, Kepler, Einstein porqué con tenaz capacidad crítica y atento análisis científico restablecieron un “nuevo orden” del universo enfrentando muy humanamente lo que no se podía tocar por ser “divino”, afirmando verdades tan simples como peligrosas como “la Tierra gira entorno al Sol y no lo contrario”.

Giordano Bruno, Pico della Mirandola, Sebastián Castellio, Erasmo de Rotterdam, porque en la búsqueda de Dios llegaron hasta el Hombre y afirmaron que “a nadie se le debe obligar a creer porque la conciencia es libre!”

Averroìs, Avicena, los humanistas “islámicos” que afirmaban que “una nueva conciencia no puede apoyarse en la teología, que cuenta fábulas, más bien en el saber racional que es la base de la felicidad”

Cristóbal Colón, Fernando de Magallanes porque buscando nuevas rutas comerciales demostraron otra verdad tan simple como peligrosa y por siglos escondida: que la Tierra era redonda y sobretodo que los monstruos que vivían más allá de las columnas de Hércules, eran un fantástico sistema de control de las conciencias.

Lorenzo de Medici, Rodolfo II de Bohemia, Federico II de Suabia, Matías Corvino de Hungría, porque tuvieron el coraje de trasformar el propio poder en instrumento de crecimiento para todos y transformar los propios Palacios Reales en lugares “abiertos”, en puntos de encuentro entre las culturas y las diversidades.

Michelangelo, Picaso, Van Gogh, Chopin, Beethoven, Bela Bartok, porque con sus artes discutieron el poder y con sus instrumentos supieron despertar nuevos colores y nuevas notas en los ojos y en los oídos del alma.

Ana Kuliscioff, Emmeline Pankhurst, Rosa Luxembourg, porque abrieron las puertas de la igualdad de derechos, trasmitiendo en las actividades sociales y políticas una sensibilidad “nueva” que solo ellas podían lograr.

Juntos a ellas convocamos aquí a los 5 millones de mujeres, brujas, gitanas, curanderas, quemadas sobre la hoguera de la Santa Inquisición, en tres siglos de violencia inaudita, porque eran mujeres que estudiaban sobre libros “prohibidos”, que pensaban libremente y expresaban lo que sentían.

Convocamos aquí, en esta misma plaza, a todos los Húngaros que en octubre de 1.956 se manifestaron contra los tanques soviéticos y denunciaron de frente al mundo la violencia de una ocupación armada de una autoridad extranjera.

Convocamos aquí a todos aquellos, que personalmente o en el “gobierno” de las vidas de los pueblos hicieron la tentativa de llevar nueva luz a los abismos de la ignorancia, de superar el dolor y el sufrimiento, de humanizar las propias acciones hacia los demás.

Sobre esta orilla del “Río de la Historia” donde como humanistas nos estamos alineando, convocamos a los millones de Constructores, hombres y mujeres que en el curso de siglos modelaron y trabajaron esta tierra.

Constructores aquí como en otras regiones del mundo, Italianos, Polacos, Españoles, Húngaros, Griegos, Eslavos, Portugueses, Irlandeses, emigrantes, así como nuestros hermanos africanos, asiáticos, latinoamericanos, que a la búsqueda de una mayor esperanza de vida y de un futuro decente, con las propias manos y el propio ingenio contribuyeron a fundar y construir nuevas ciudades y naciones.

Así como muchos siglos atrás un esclavo-gladiador, de nombre Espartaco, liberándose de las cadenas cumplió un acto de rebeldía que contagió a miles y miles de esclavos anhelantes de la libertad y juntos fundaron la “Ciudad del Sol” con formas de autogobierno y de “democracia real”, intolerables para el naciente Imperio Romano.

Así hoy, los Humanistas de Europa, de frente a la formación de un nuevo y poderoso Imperio Mundial, a su insolente Monarca, a sus nuevas Legiones Armadas, llaman a todos los hombres y a todas las mujeres que sienten una irresistible necesidad de libertad de expresión, de nuevas formas de autogobierno, de diálogo entre las culturas, de paz y de recíproca comprensión y compasión en la construcción de una nueva “ciudad”, de una nueva “casa de todos”.

Esta ciudad, esta casa, la llamaremos Nación Humana Universal, única esperanza, de esta frágil y necesaria revolución.

Esta casa no se ve, pero ya existe: tiene paredes muy sólidas, hechas de miradas cálidas, de sonrisas serenas, de palabras de aliento, de abrazos fuertes, de millones de personas que, de corazón a corazón, en el silencio de las noches de este invierno de la Historia se trasmiten un mensaje de posibilidad y de esperanza.

Paz, Fuerza y Alegría para todos

1 comentario

cinthya lq -

quiero saber una pregunta...
¿por que Galileo Galilei se cnsidera como un humanista importante en su epoca?.
gracias